Cantos de Ossian

“astro de la noche clara, hermoso es tu brillo en el poniente; levantas tu testa luminosa de tu nube; caminas majestuoso por tu colina. ¿Hacia donde miras por la campiña? Los vientos tempestuosos se han apaciguado; desde lejos se escucha el murmullo del arroyo; ruidosas olas retozan a lo lejos junto a las rocas; el susurro de las moscas del atardecer zumba en el campo. ¿Hacia donde miras, bella luz? Pero sonríes y te vas. Alegres te rodean las olas y bañan tu hermoso cabello. Adiós, rayo sereno. ¡Aparece, magnifica luz del alma de Ossian!
“ Y parece en su vigor. Veo a mis amigos difuntos; se reúnen en Lora, como en días pasados. Fingal viene cual húmeda columna de niebla; los rodean sus héroes y verás los bardos del canto; el gris Ullin; el majestuoso Ryno; Alpin, el tierno cantor y tú, Minona, la del suave lamento. Qué cambiado os veo, amigos mios, desde aquellos días festivos en Selma, cuando compartíamos por el honor del canto, como las brisas primaverales que acarician la colina y cimbran la hierba de suave murmullo.
Entonces Minona, en toda su belleza, se adelantó con la vista baja y los ojos anegados, su cabello fluía pesado en la brisa insconstante que bajaba de la colina. Se ensombrecieron las almas de los héroes cuando ella levantó su hermosa voz, porque a menudo habían visto la tumba de Salgar y la oscura morada de la voz armoniosa. Salga había prometido venir; pero la noche cayó entorno a ella. Escuchad la voz de Colma, cuando estaba sola, sentada en la colina.
COLMA
“¡Es de noche! Estoy sola en la tempestuosa colina. El viento silba en la montaña. El río ruge al bajar por la roca. No hay choza que me proteja de la lluvia, a mi, abandonada en la colina tempestuosa.
“¡Sal de tus nubes, oh luna! ¡Apareced, astros de la noche!
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