Otra vez aquí… que puedo pensar esta vez, si las cosas que ocurren entre los dos son inexplicables, peleamos y al segundo nos amamos y el desenfrenos se apodera de nosotros, más de mí y desgraciadamente en ambos periodos. Sé que te puedo perder, sé que en algún momento te aburrirás de mí, y me quedare solo, por culpa de mis errores, no puedo dejar que una ilusión por muy hermosa que sea… por muy fascinante y que me quite todo cuanto tengo, debo escapar de ello, aun cuando su sonrisa me cautive y sus ojos me hipnoticen, incluso aun cuando su completitud de su rostro me enloquezcan…
Pero tú, amor, tú la que sigues aun cuando todos se han ido, la que jamás me ha dejado de amar, quien hasta hoy no me ha traicionado… eres aquel ángel que no sé cómo ni por qué sé ha figado en este efímero mortal… cual quimera es su temperamento y su carácter… nada tiene para darte, mas tu encuentras amor en este fatuo ser humano, cuan locura, oh divinidad, diosa de mis deseos encuentras en mis labios, en mis manos que recorren día a día tu cuerpo… y tú con tus miradas de cuan galaxias se ven sin vida ante tus pequeños pero intensos ojos y tu maravilla de cara cuales deseos despiertan en mi humilde masculinidad, tú sabes cómo lograr enloquecerme, mas sabes que yo sé cómo hacerte sentir humana, maravillosa divinidad que sucumbes ante cual es de mi posesión tu más dulce delirio.
Sé que no es fácil escapar de tu cosmos, pero yo tampoco quiero sucumbir ante el caos… solo quiero descansar en tu seno y beber de tu dulce elixir hasta emborracharme.